Bien sabemos que cada día son mayores nuestras responsabilidades, tendemos a levantarnos temprano y acostarnos tarde con gran cansancio, la rutina y su magnitud no hace más que cargarnos de estrés y preocupación sensaciones que se acumulan en nuestro cuerpo sobre todo en la zona de la espalda y el cuello; es por esto, que muchos expertos recomiendan tomarnos un tiempo para recibir ciertos masajes en la espalda.

Lo cierto es que al finalizar la semana o el mes sentimos un peso enorme sobre los hombros el cual se traduce en tensiones producto de nuestro día a día, si esto te es común no te preocupes más. La aplicación de masajes puede llegar a ser la solución y es que los mismos se realizan con el único fin de aliviar la tensión muscular que se halla en tu organismo y que con el tiempo puede dar lugar a una lesión grave.

Aprende a dar masajes en el cuello

A continuación te ofrecemos ciertos consejos dirigidos a enseñarte como dar masajes tanto en la espalda como en los hombros con el objeto de eliminar el cansancio de tu vida y de concederte la energía necesaria para afrontar tus responsabilidades. Cursos de masajes profesionales

¿Cómo dar masajes en la espalda?

Antes de iniciar es vital entender que los masajes han de realizarse a partir del cuello en dirección a la zona sacra, los movimientos deben ser profundos y lentos con los pulgares alrededor de la columna vertebral, podemos comenzar bien sea doblando el brazo hacia la espalda y masajeando el borde del omoplato de arriba hacia abajo de forma firme pero con cierta delicadeza.

Haciendo uso de los puños los deslizamos hacia los costados de la columna desde el cuello al sacro, al llegar a esta zona entonces separamos las manos hacia los costados y subimos deslizando las manos hacia el cuello y volvemos a comenzar.

Por último, has movimientos que comiencen desde el cuello, alcancen tus hombros y continúen por tus brazos hasta llegar a tus manos.

Para relajar los hombros se torna esencial hacer los masajes con suma delicadeza, primero debemos comenzar con una pequeña presión a nivel de la cabeza hasta alcanzar la parte afectada y después se sigue por el cuello pudiendo así sacar la contractura.